Descripción de la editorial
Un día, por azar, mientras dibujaba Gastón, Franquín vio en el techo un ojo socarrón. Abrió la ventana, y en el cielo de Bruselas estaba mirándole el ojo cual centinela. Emprendió entonces un largo crucero por los cuatro rincones del mundo entero. ¡Todo fue en vano! A dondequiera que fuera el ojo le seguía tenaz, cual oronda tetera.
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Ideas Negras
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