Descripción de la editorial
La administración del agua por cuencas hidrográficas, organizadas sobre la base de los ríos principales, cuenta con una larga tradición en España, que se remonta a mitad del siglo XIX y cobra especial relieve con la creación en 1926 de las Confederaciones Hidrográficas, original formula institucional de colaboración del Estado con los usuarios para la promoción y explotación de obras hidráulicas y para la planificación y aprovechamiento conjunto de las aguas de la cuenca.
El principio inspirador de este modelo es el convencimiento de que sólo una gestión unitaria de la cuenca hidrográfica podía asegurar la administración equilibrada, integrada y global de los intereses que concurren en la multiplicidad de aprovechamientos existentes, que resultarían perjudicados si la gestión se realizase de acuerdo con criterios territoriales basados en las unidades políticas y administrativas integradas en la cuenca. Por su propio concepto, la unidad de gestión de la cuenca hidrográfica es incompatible con la pluralidad de gestores, y requiere la integración de los distintos intereses concurrentes bajo un marco institucional y operativo único.
La inadecuada comprensión e imperfecta aplicación del modelo institucional que representan las Confederaciones Hidrográficas, únicos organismos de gestión del agua en las cuencas intercomunitarias, constituye el sustrato de la experiencia insatisfactoria que las Comunidades Autónomas tienen de la gestión del agua en los dos últimos decenios, pese a que en los órganos de gobierno, planificación y coordinación de las Confederaciones Hidrográficas está integrada una representación de estas Comunidades Autónomas, hecho que confiere una singularidad institucional extraordinaria a estos organismos estatales. En este contexto han de situarse las recientes pretensiones de otorgar un mayor protagonismo en la gestión del agua a las Comunidades Autónomas por la vía, plasmada en las recientes reformas estatutarias, de la fragmentación o territorialización de las cuencas, y no por la vía de, sin perjuicio de las mejoras necesarias, restituir su sentido primitivo, no meramente formal, a los mecanismos institucionales concebidos por el legislador de 1985, y constitucionalniente avalados por la clarificadora Sentencia de 1988 sobre la Ley de Aguas.
La confusión organizativa, las inadecuadas interpretaciones institucionales, y las inciertas perspectivas de futuro justifican la publicación del presente libro, que recopila un conjunto de estudios y dictámenes jurídico-administrativos del autor que tienen como hilo conductor la reflexión sobre la unidad de gestión de las cuencas hidrográficas, y de sus exigencias tanto organizativas (unidad de gestor) como funcionales (articulación y coordinación de competencias sectoriales). La unidad de gestión de toda la cuenca, asegurada por la competencia estatal, no solo constituye la garantía de administración equilibrada, integrada y global, sino que es el paradigma organizativo que proponen las normas europeas e internacionales, y es una de las manifestaciones más relevantes de innovación y modernidad en la historia española del pensamiento sobre el agua
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La unidad de gestión de las cuencas hidrográfica
Critica de Libros » La unidad de gestión de las cuencas hidrográfica
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